martes, 23 de octubre de 2012

Camino al centenario de Mauricio Hirsch 1913 - 2013
Breve reseña histórica
 

Vida y obra del Barón Mauricio Hirsch


Esta historia tiene su origen en Alemania cuando en 1831 nace el Barón M. Hirsch. Descendiente de una familia de banqueros judíos de la corte del Rey, hijo del Barón Joseph Von Hirsch y nieto del Barón Jacov Von Hirsch, iniciador de la fortuna familiar en Babaria.
Desde muy chico a Mauricio lo veían en Alemania, su país natal como una persona con futuro importante. En 1851 se unió a la empresa financiera Bischoffsheim y Goldschmidt de Bruselas, y cuatro años más tarde se casó con Clara, la hija del Senador Jonathan Bischoffsheim dueño de la firma.
El Barón junto con su señora esposa, la Baronesa Clara, decidieron emprender ayuda humanitaria hacia su pobre pueblo sometido.
Cabe destacar que la Baronesa ya realizaba beneficencia a judíos europeos, gran dama piadosa.
Esto se debió a que en el año 1887 pierde a su único hijo “Lucían”. En un gran mensaje de condolencias, responde las siguientes palabras. “He perdido a mi hijo pero no a mi heredero, la humanidad es mi heredera”.
Cabe destacar que el Barón Mauricio sabía muy bien la situación que atravesaban los judíos en Europa Oriental ya que él toma la concesión para la construcción del ferrocarril oriental para unir Constantinopla con Europa en 1865. Era penosa la situación de los judíos en esas regiones.
Desde hacía un tiempo fueron grandísimas las sumas de dinero que dono a la “alianza israelita universal”.
En un lapso de tiempo el Barón primero crea la empresa filantrópica “Barón de Hirsch Fundation” de ayuda, y luego crea en 1891 la “Jewish Colonization Association” la cual crea colonias de inmigrantes judíos en EEUU, Canadá, Argentina y Brasil. Los judíos que llegan a Colonia Mauricio (Partido de Carlos Casares), son procedentes en gran parte de Rusia, Polonia, Lituania, etcétera. El Barón manda un representante de él a Argentina, que era el señor dr. Guillermo Loewenthal para la compra de las respectivas tierras. Recorre varios lugares y decide comprar las tierras que comprenden el centro agrícola “ALICE”, propiedad del señor Waldemar Lawcent.
Con las tierras adquiridas y ya armados los comité de socorros, el Barón decide trasladar a los judíos “futuros colonos” a las tierras adquiridas. Parten los contingentes de judíos hacia Argentina. Llegan los primeros grupos de inmigrantes el 23 de Agosto de 1891 en el vapor “TIOKO” de bandera Alemana con 300 inmigrantes de Hamburgo tras una travesía de 32 días.
Todos sabemos las peripecias que pasaron los inmigrantes judíos cuando llegaron a las nuevas tierras, como vivir en carpas hacinados o hasta a la intemperie, cuando se produce el reparto de tierras, los colonos, en grupos, empiezan a levantar los primeros ranchos y pasan a tener una vivienda digna.


Como ocurre en toda colonización, hubo judíos que no se adaptaron a la vida en el campo y los trabajos rurales, ya que la mayoría de los inmigrantes provenían de ciudades europeas y no tenían idea del trabajo rural. Algunos perdieron sus campos, otros emigraron hacia grandes ciudades para estudiar, emplearse o transformarse en comerciantes. Venden sus campos. En los años 1918 a 1920 empiezan a llegar a Colonia Mauricio inmigrantes de diferentes nacionalidades como italianos, españoles y polacos.
A pesar de pertenecer a diferentes credos siempre hubo concordia y tolerancia entre los colonos y ayuda mutua entre vecinos, destaco que en mi familia, mi bisabuelo Juan Pisolato, llegó a la Colonia en 1918 a una chacra comprada a la familia Malamud y ellos mismos comprobaron la amabilidad de los colonos judíos hacia ellos. El grupo donde se radicó mi familia era el de los “13 Ranchos”.
Lamentablemente, el Barón no alcanza a ver su filantrópica obra concluida ya que fallece el 21 de Abril de 1896. En un telegrama la Baronesa Clara anuncia que la obra empezada por su esposo no terminará, y así sucedió, su palabra fue cumplida.
A pesar que ya han transcurrido 116 años de que el Barón falleció, no olvidemos quien fue éste gran filántropo, “Que la paz reine sobre él”.

Nicolás Pisolato.

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