miércoles, 30 de septiembre de 2009

Anécdotas que resistieron el paso del tiempo en la pulpería Mira Mar


José Bertol quien atiende y vive en la Pulpería de Mira Mar partido de Bolívar, nos cuenta anécdotas que resistieron el paso del tiempo

E.R.: ¿Cuánto hace que trabaja en la pulpería?


J.B.: Hace 52 años que trabajo acá, empecé en el año 56, así que he visto pasar mucha gente por el negocio. Antes había mucha más gente que trabajaba en la zona y pasaban en algún momento del día por la pulpería. Estamos hablando de 15 o 20 personas a la mañana y a la tarde. Ya a las nueve se cerraba y se iba cada cual a su casa porque en aquella época por la zona había muchos tambos manuales, entonces la gente que venía eran mayormente tamberos que se tenían que acostar temprano porque se levantaban a las cuatro de la mañana al otro día a hacer el tambo.
E.R.: Usted conocerá muchísimas anécdotas del lugar...

J.B.: Si, solía haber discusiones pero peleas adentro no, muy pocas, casi ninguna le diría... Le voy a contar una porque me la contaron... dicen que una vez estaba un hombre tomando algo acodado a la barra y de repente entró otro y le tiró con un hacha que le rozó la cabeza y pegó en las rejas del mostrador, donde podemos ver la mueca del hachazo. El hombre alcanzó a esquivarla pero lo rozó y le sacó un pedazo de cuero cabelludo, con pelos y todo. Un señor que atendía acá, lo tenía guardado en una cajita y se lo enseñaba a todos para que vieran que era cierta la historia. Además, ese señor era médico y fue quien atendió al hombre, lo lavó y llevó al hospital de Bolívar.
Después de varios años, vino una familia una mañana, yo
estaba atrás del mostrador, y una señorita miraba y se fijaba... yo le pregunto - ¿qué busca? - y me dice - por acá está marcado un hachazo que le pegaron a mi tío -. Esto terminó de confirmar la historia, si todavía quedaba alguien que dudara de ella.

E.R.: También nos contaba que hubo una discusión que terminó a los tiros por culpa d un partido de bochas...

J.B.: Si, había un grupo de personas jugando a las bochas y se produjo una discusión, entonces salió el policía que estaba acá a palpar de arma a uno de los que discutían y no le encuentra nada. El policía vuelve adentro creyendo que ya había pasado todo pero le avisan que esta persona se venía por la otra puerta con un arma. Se encuentran en la puerta y el hombre estaba con el revolver en la mano, le alcanzan a levantar el brazo y el tiro pega en arriba, en las estanterías que están atrás del mostrador (todavía se ve el agujero del balazo). La verdad que ese día le salvaron la vida al policía.

E.R.: ¿Qué significa para usted este lugar, vivir en la pulpería?

J.B.: Para mi es todo, antes de vivir en el negocio, me venía a caballo todos los días a atender y a la noche me volvía para el campo. Después, compré una bicicleta y venia en bicicleta hasta que me quedé definitivamente a vivir en el negocio.

E.R.: Nos mostraban revistas, diarios, donde publican fotos de la pulpería y en una de ellas usted está en la tapa.

J.B.: Si, en esa foto estoy atrás del mostrador atendiendo y se publicó en la tapa de un libro sobre 25 pulperías de la provincia de Buenos Aires. Fotos en la pulpería tengo muchas y si miran al lado del televisor, colgado en las estanterías hay un almanaque donde está dibujado el interior de la pulpería y el que está detrás del mostrador atendiendo soy yo, así que hasta retratos me han hecho. También nos han filmado y pasado las imágenes por canales zonales e incluso por canal 7.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Pulpería Mira Mar



Entrevistamos a Juan Carlos Urrutia actual dueño y nieto del fundador. La Pulpería está ubicada en el Paraje Mira Mar, partido de Bolívar. Fue inaugurada en 1.890 y aún hoy conserva la estructura y mobiliario de aquellos tiempos.

E.R.: ¿Cuándo te haces cargo de la pulpería de Mira Mar?
J.C.U.: Me hago cargo luego que mi papá sufra una enfermedad casi terminal, hace cinco años y ya no pudo venir más.
E.R.: ¿De qué año data la construcción de la pulpería?
J.C.U.: La pulpería se construyó en el año 1.890. Fue fundada por mi abuelo y posteriormente tuvo distintas sociedades con tíos míos, después con papá, hasta que se hizo cargo papá sólo y él siguió hasta hace tres años cuando ya no pudo más seguir al frente del negocio.
E.R.: ¿Es muy costoso y trabajoso el mantenimiento de una construcción tan añeja?
J.C.U.: Se mantiene toda la estructura antigua, la reja, muebles, pero es todo a pulmón. Lo hago sólo sin ayuda de nadie.
Hace poco tiempo vino el intendente de Bolívar y me dijo «qué satisfacción tendría yo por ser el responsable de mantener este edificio histórico». Le comentaba la frustración o la satisfacción que le da a uno cuando logra hacer algo o cuando no lo logra. Por ejemplo, cuando viene gente a comer te gratifica, además tengo proyectos con la idea que la pulpería siga estando y convertirlo en un punto turístico.
E.R.: Recorriendo la pulpería, el escritorio, el galpón que se utiliza de depósito, vemos que conservas e incluso que has adquirido más antigüedades, contanos qué es lo que tenés y cuál es tu proyecto con todo esto.
J.C.U.: Estoy armando un museo con todo lo que es referente a la pulpería, al comercio, tanto botellas, como cosas que se comercializaban. Siempre busco papeles de donde sacar datos e ir sabiendo qué se consumía en cada época y tratar de ir consiguiendo eso.
La pulpería se construyó en el año 1.890. Fue fundada por mi abuelo y posteriormente tuvo distintas sociedades... hasta hace tres años que me hice cargo yo.
También estoy haciendo un museo de maquinarias antiguas para adornar el predio de la pulpería, tengo arados, sembradoras viejas y demás. Lo importante es saber bien de cuándo son, para qué son, cuándo se trajeron a Argentina, saber su historia.
Tengo botellas de vino, aceite, Whisky de hace muchísimos años, de 1959 por ejemplo. Hay llenas y vacías. Yerba mate del año 1938, latas de café del año 39. Siempre estoy buscando cosas que tengan fecha y un sentido, no poner cosas viejas por poner.
E.R.: También tenés una gran cantidad de muebles antiguos…
J.C.U.: Si, tengo por ejemplo, una fiambrera que se colgaba afuera y ahí se dejaba orear y estacionar la carne. También hay una carnicería que es como la fiambrera pero en grande y está puesta en el piso.
Estoy reparando un surtidor del año 40, porque en su momento, había un surtidor puesto acá, afuera del boliche y en un cambio de firma entre Esso e YPF se tuvo que devolver un surtidor y el otro, el de YPF no vino nunca.
E.R.: Si tenés que elegir un objeto de todos los que hay ¿cuál elegirías como el más preciado y porqué?
J.C.U.: No se en lo monetario pero en lo afectivo me quedo con los teléfonos que son de 1.912 y todavía andan. Están conectados entre la pulpería y mi casa que queda en la esquina (a 150 metros de distancia).
E.R.: Si bien vemos que el camino es transitado, que hay cierto movimiento en el negocio, nos imaginamos lo que debe haber sido hace cincuenta o cien años atrás.
J.C.U.: Y no hace tanto, porque yo tengo 39 años y cuando tenía 5 no bajaba de haber 20 o 25 personas a la noche en la pulpería. Ya entre los años 2000 a 2003, no se si entraban dos, que fue cuando se fue la gente del campo. Después la situación empezó a mejorar y desde entonces hasta ahora hay movimiento, más que nada en la calle porque en el paraje pocos hemos quedado.
En el mismo edificio tenemos la pulpería y el almacén de ramos generales que trabaja de lunes a sábados normalmente.
E.R.: Anteriormente nos mostrabas revistas, diarios, porque distintos medios te han venido a hacer notas sobre la pulpería.
J.C.U.: Si, vinieron de Clarín en 1.978, de La Nación en el año 2.003. También, la revista Conciencia Rural que se edita en Del Valle, de los diarios El Oeste, La Mañana, El Litoral, de un programa de radio, de otro programa de televisión de Bragado. Salió en internet, en páginas nacionales y en una página de Estados Unidos, en una revista de Holanda; o sea que ha tenido bastante difusión.
E.R.: Nos contabas que está entre las 25 pulperías que quedan en la actualidad.
J.C.U.: Si, más que nada en la Provincia de Buenos Aires y La Pampa porque las pulperías son de la época de la conquista del desierto. A medida que iban avanzando se iban abriendo pulperías. En la provincia quedarán unas 25 que siguen abiertas hasta el momento.
E.R.: Desde el municipio de Bolívar se ha declarado la pulpería de interés municipal, sería interesante que en un futuro se llegue a lograr el reconocimiento a nivel provincial.
J.C.U.: Si, desde 1.998 lo declararon reseña histórica, eso significa que está exenta de impuestos y otros beneficios pero sería importante conseguir reconocimiento provincial o nacional para conseguir un subsidio para continuar la restauración del lugar y costear el mantenimiento lógico de un edificio de tantos años.
E.R.: ¿Cuál es tu idea a futuro con respecto a la pulpería?
J.C.U.: La idea es sumarle al museo de la pulpería, al museo de maquinarias que estoy construyendo en el predio es hacer un comedor para brindar un servicio de comida, asados o alguna otra comida tradicional para 30 o 40 personas, acompañado de un show y si el día se presta aprovechar para hacer una cabalgata, caminata o paseo en carro. Acá a seis kilómetros están los bebederos públicos, que era donde hacían noche los reseros y la tropilla durante los arreos. Ahí se les deba de beber a los animales y al otro día seguían, eso todavía está, son del año 35 y se pueden ver. Hasta tengo unos bocetos hechos conjuntamente con la estancia San Juan de Moyano donde los turistas pasarían la noche, acá el día y realizar cabalgatas a los bebederos.
E.R.: Si alguien quiere venir a pasar un día, a comer o a conocer ¿Cómo se pueden comunicar con vos?
J.C.U.: Si, tendrían que comunicarse conmigo, si no es para mucha gente se puede organizar porque hoy en día lo hago para conocidos, así que no habría problema. Además, sería una muy buena publicidad porque en esto el boca a boca es muy importante.
E.R.: Juan Carlos, muchas gracias por abrirnos las puertas de la pulpería y mostrarnos lo mucho que hay.
J.C.U.: Gracias a ustedes por haber venido.